Los Trastornos Psicóticos, implican no sólo afectación de las funciones neurocognitivas y alteraciones neurológicas, sino también alteraciones en la dimensión social/relacional del afectado.
En base a esto, se aconseja un abordaje terapéutico multimodal, adaptado a las necesidades de cada individuo, que conste de un abordaje farmacológico, acompañado de terapia psicosocial.
La psicoeducación a la familia y un abordaje cognitivo-conductual del paciente, para mejorar sus habilidades sociales, entre otras cosas, contribuyen a garantizar la estabilidad clínica y reducir el número de posibles recaídas.