El sueño es una función fisiológica básica, que nos permite recuperarnos del consumo energético del día a día. Este gasto, es elevado en la infancia, por lo que debe ser contrarrestado con un sueño reparador y profundo.
Distintos factores, pueden alterar el sueño de los niños(preocupaciones, alteraciones emocionales, fatiga física y mental, la dieta…) dando lugar a trastornos de la cantidad y calidad del sueño, o a trastornos de comportamientos problemáticos que ocurren durante el mismo(terrores, sonambulismo…). Una alteración en el sueño, puede ser además, la voz de alarma que advierta de que existe algo que afecte al estado emocional del menor.
Por lo citado anteriormente, el sueño se convierte en un estado vital, que tenemos que mimar y cuidar, ya que de él depende, el bienestar del niño. Los problemas del sueño, puede repararse con procedimientos educativos(higiene del sueño), estrategias de relajación, y técnicas de control de estímulos.